lunes, 18 de mayo de 2009



Creía estar perdida, buscándole sentido hasta al más mínimo e inútil hecho que se me pudiese presentar en aquel vago momento. Como entre las redes el pez lucha sin salida, me encontraba completamente abstraída de aquello que realmente debía importarme. Cada tanto algún que otro momento lúcido, contados hoy en día, solo unos pocos. Me pude haber dado la cabeza unas treinta veces contra la misma pared; pero en fin, nada logré.
Recién ahora, que han pasado ya casi dos años, alcanzo lo que algunos llaman plenitud y Epicuro, atharaxia. Será por hoy, por esta tarde, lo sé. No creo, al menos yo, que éste sea un momento único sin repetición, sino en este preciso instante difícil de mantener, de lograr que dure más de unas pocas horas. Este último plazo sería, ya, una eternidad.

2 comentarios:

  1. Hola Natalia.
    Me llama la atención..¿estudias filosofía?
    ¿sos descendiente de rusos?

    ResponderEliminar
  2. Diego.
    Estoy en cuarto de la secundaria.
    Del lado de mi abuelo materno eran rusos.

    ResponderEliminar